Esto evidencia la persistencia y deterioro de las causas de salida de miles de personas que en sus países no encuentran protección ante la violencia, la inseguridad y la persecución. Ser refugiado en un contexto de pandemia ha requerido resiliencia e innovación tanto por parte de los actores humanitarios como por las personas refugiadas mismas.

2020 ha marcado un cambio de paradigma en los procesos en el mundo humanitario, demandando su evolución. El reto ha sido titánico: mantener líneas de acción que asistan, protejan e integren a la población refugiada en un contexto de distanciamiento social y continuas restricciones por la pandemia, en una normalidad alterada. A pesar de estas dificultades, en México se han realizado múltiples esfuerzos para adaptar y desarrollar iniciativas para seguir protegiendo y asistiendo a la población en situación de movilidad. La emergencia sanitaria global ha generado incentivos para la innovación en el mundo humanitario a nivel local. El último número del boletín del Diplomado de primeros auxilios para personas migrantes, refugiadas y desplazadas de 2020 tiene como objetivo presentar un panorama esperanzador del camino recorrido en los meses más duros para la humanidad desde la Segunda guerra mundial, así como del complejo panorama que espera en 2021 a los actores que trabajan en el ámbito de la movilidad humana. Dos palabras guiarán el trabajo humanitario en los meses por venir: resiliencia e innovación.