La coexistencia entre la diversidad humana es una de las características de una sociedad sana. Sin embargo, en la actualidad observamos que los discursos xenófobos y racistas se han incrustado en amplios sectores sociales en varios países del mundo. Desafortunadamente, en América no ha sido la excepción. Xenofobia y racismo no son lo mismo. La xenofobia, según la etimología de la palabra, se refiere al miedo al extranjero, mientras que el racismo es una concepción política e ideológica que pregona la superioridad de una raza sobre las otras. Pero xenofobia y racismo son caras de la misma moneda, ambos fomentan la discriminación de personas extranjeras, de personas con características diversas y se empeñan en marginar a las personas migrantes, refugiadas, desplazadas, provocando así severas dificultades para su integración local. 

De especial preocupación es atender la interseccionalidad en la discriminación que se enfrenta a las personas en situación de movilidad humana. No solo discriminación por ser personas migrantes, refugiadas o desplazadas, sino también por alguna otra característica de su individualidad, cuentos como su nacionalidad, edad, identidad de género u orientación sexual, color de piel, condición social, o alguna discapacidad. Por tanto, es de especial importancia documental la existencia de un contexto adverso en la materia, pero también los esfuerzos que se han hecho desde distintas trincheras para prevenir, combatir y erradicar el perverso flagelo de la discriminación, la xenofobia y el racismo. Sirva, pues, este boletín para fomentar la convivencia pacífica en nuestras sociedades.